Pablo Rivera es un alumno de 21 años del Club de Judo Begues,
con nivel marrón. Desde hace más de 15 años recibe clases, y da clases desde
los 12. Pablo era un niño rebelde que siempre se metía en líos. Durante las
clases de Judo pasaba más horas sentado en una silla que dentro del tatami. Y
no sólo en el Judo, ya que era diariamente cuando traía notas por mal
comportamiento en la agenda del colegio. Así como en los estudios iba bien, la
actitud le pasaba mala factura. Muchos profesores se cansaron de él, y poco le
faltó al entrenador de Judo. Pero
gracias a Joaquim Altisent y al Judo en sí, se calmó y cambió completamente
terminando incluso dando clases de lo que más le gustaba: el Judo.
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